Tribuna Popular.- Ante las dificultades financieras que hoy atraviesa el Estado venezolano, es imperativo establecerle a los grandes capitales mayores cuotas de aporte al fisco nacional, tanto para aliviar la debilidad del tesoro nacional como para costear iniciativas de desarrollo económico productivo.
Más aún, puesto que esos grandes capitales, particularmente los de la burguesía comercial-importadora y el sistema financiero, son y han sido los principales beneficiarios de una estructura económica que es contraria a los intereses nacionales y que nos ha conducido a las actuales dificultades, resulta completamente legítimo elevar la presión tributaria sobre ellos.
En todos los casos, la orientación del sistema de impuestos debe ser lo más progresiva posible, trasladando el peso de la carga tributaria del pueblo trabajador a las grandes compañías y capitales, según el principio universal de que el que más gana debe ser el que más tributa. Y en el caso actual de nuestro país, la aplicación de tal principio es, además de un acto de justicia social, una necesidad económica. Pero el régimen tributario vigente es todavía, en lo fundamental, similar al que heredamos del período neoliberal, y tiene una orientación regresiva y antipopular, que pecha desproporcionadamente al pueblo por medio de impuestos al consumo, como el Impuesto al Valor Agregado (IVA).
Por ello, el Partido Comunista de Venezuela (PCV) ha venido insistiendo en proponer una reforma integral del sistema de impuestos venezolano, que restablezca los principios de proporcionalidad y progresividad.
La 13ª Conferencia Nacional del PCV aprobó en agosto de 2014 un conjunto de propuestas económicas, luego precisadas por el Comité Central del Partido, que incluían planteamientos específicos sobre esta materia, y que fueron remitidas al presidente Maduro en noviembre del mismo año.
La situación actual
Aunque ha habido desde entonces reformas en la dirección correcta, como el incremento de la tasa de Impuesto Sobre La Renta (ISLR) a los bancos y compañías aseguradoras o el establecimiento del Impuesto a las Grandes Transacciones Financieras (IGTF), la situación tributaria sigue siendo profundamente regresiva, y hasta parece empeorar.
El gráfico muestra que hoy casi 52% del total de los tributos proviene de los bolsillos del pueblo a través del IVA a los compradores, porción que ha crecido desde 33% en 2007. También se ha elevado de un 7% a casi 15% la porción correspondiente a «otros ingresos», la mayor parte de los cuales proviene de los mismos bolsillos por los impuestos al consumo de cigarrillos, licores y combustibles.
En cambio, se ha reducido de casi 30% a un 20% la porción correspondiente al ISLR, impuesto que pecha principalmente a las personas jurídicas y a las personas naturales con mayores ingresos. Han decrecido asimismo las porciones de tasas e impuestos aduaneros (de 15% a 6%), y de IVA a los importadores (de 16% a 7%), tributos que afectan casi exclusivamente a empresas.
En suma, las empresas pagan proporcionalmente cada vez menos impuestos, mientras el pueblo consumidor paga cada vez más, lo que resulta en una mayor regresividad del régimen impositivo nacional.
Ante tal situación, la nueva Línea Política del PCV, aprobada por el 15º Congreso Nacional del Partido en junio pasado, vuelve a insistir sobre el tema, y propone: «… un régimen tributario […] que traslade el peso de la carga […] hacia los grandes capitales […]; incremente las tasas de impuesto sobre la renta a las personas jurídicas y grandes contribuyentes; peche las ganancias excesivas o súbitas y las tierras y bienes de capital ociosos o subutilizados; elimine progresivamente los impuestos al consumo popular como el IVA; suprima todo mecanismo de evasión […]»; lo cual puede ser implementado por la recientemente constituida Asamblea Nacional Constituyente.
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