Opinión, Trabajadores/as

Sindicalismo clasista y lucha revolucionaria (I)


Socorro mutuo obrero: primeras asociaciones obreras en el siglo XIX

6 TRAB sindicalismo y lucha 1 IMAG-2Por: Mariano Vivancos. Especial para TP

Militante de Célula «Eduardo Gallegos Mancera» del PCV Caracas

A partir de 1800 “la riqueza económica” aumenta en Europa como no había ocurrido en los 4 siglos anteriores, lo que favorece el inicio de la llamada revolución industrial, primero en Gran Bretaña y después en otros países europeos. Con el inicio del nuevo orden liberal-burgués se produce un éxodo rural hacia las ciudades industriales. Como existe abundancia de mano de obra, aumenta la explotación empresarial al no reconocer derechos a los trabajadores.

La acumulación de riqueza en unas pocas manos contrasta con la terrible realidad de vida de la mayoría del pueblo: jornadas de trabajo de sol a sol, insuficiencia de alimentos que producían un deterioro físico que disminuía la aptitud para el trabajo, la escasez y malas condiciones de las viviendas en las que no penetraba el sol y donde convivían con animales domésticos sin ninguna higiene, los niños comenzaban a trabajar a los seis años con jornadas interminables y las niñas eran empleadas de hogar a partir de los ocho, la educación escolar era casi inexistente, las guerras coloniales suponían un derrame de vidas entre los soldados, que eran trabajadores.

La carestía de alimentos y los abusos laborales provocaban frecuentes levantamientos obreros que, en un principio, no intentaban acabar con el orden impuesto. Pero los sufrimientos de los obreros hicieron nacer una incipiente conciencia de clase, que se concreta en la creación de las sociedades de ayuda o Asociaciones de Socorro Mutuo Obrero. Estas se articulan en torno a la solidaridad de sus miembros, que pagan una parte de sus salarios, para regular una especie de seguro contra la enfermedad, accidente, muerte, viudedad, desempleo, etc., ya que los gobiernos no se planteaban cubrir esas necesidades.

Entre las primeras en constituirse están la de los Carpinteros de Preston (1807), Toneleros de Londres (1813), Sociedad Fraternal y Filantrópica de París (1832), y Tejedores de la Industria Algodonera de Barcelona (1840). En la Patria Grande, con la llegada de obreros migrantes europeos con ideas marxistas, se empezaron a crear asociaciones en diversos países, y en Venezuela la Sociedad de Mutuo Socorro en La Guaira (1848), la de Puerto Cabello (1865), Caracas (1890).

En 1864 se constituye en Londres la Asociación Internacional de los Trabadores (I Internacional), desde la que Marx y Engels abren el camino reivindicativo y revolucionario obrero, extendiéndose por Europa y el resto del mundo.

Se aprobaron Leyes para prohibir las asociaciones obreras que impidieran el “libre juego económico” que determinaba las condiciones de trabajo y que éstas fueran “acordadas” entre cada obrero individualmente y el patrón. Las incipientes organizaciones obreras fueron perseguidas y sus voceros encarcelados o desterrados.

Las Sociedades Obreras dependieron del proceso de desarrollo capitalista, de su ritmo industrializador y de las medidas represoras de los gobiernos. Por esas razones, se crearon primero las sociedades de ayuda mutua y las cooperativas obreras, para posteriormente formar los Sindicatos y los Partidos marxistas, que sí se plantearon cambiar la sociedad capitalista.

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